Por qué Damos Explicaciones a los Demás
Estamos acostumbrados a vivir
en un mundo de “explicaciones”. Siempre damos explicaciones de lo
que hacemos y por qué lo hacemos. Es parte de nuestra programación
“adquirida” por los lineamientos sociales y culturales en los que
hemos crecido.
Ahora bien… ¿te has
preguntado por qué lo haces? Sí, sí.. es lo que te han enseñado…
Pero vayamos más
profundo…. ¿Por
qué lo haces?
¿Realmente necesitas dar
explicaciones por lo que haces? Muchas personas se encuentran en
este punto de sus vidas en las que “actúan y viven” de forma
automática, siguiendo los lineamentos y aprendizajes adquiridos
muchas veces en la niñez o adolescencia temprana.
Es un hábito tan frecuente,
que sino prestas atención no te darás cuenta que lo tienes.
Una vez identificado el
hábito… dar explicaciones... incluso a desconocidos… Viene la
segunda fase… Identificar la razón de raíz de por qué lo haces… ¿Por
qué sientes la necesidad de dar explicaciones a los demás?
Muchas veces lo hacemos
porque queremos que la otra persona entienda nuestro punto de vida y
en este caso está muy bien… es parte de un proceso de comunicación.
Pero en muchos casos el dar
explicaciones a otros es parte de un mecanismo antiguo de
supervivencia, de un mecanismo de “necesito justificarme frente al
otro”.
Esto nos sucede muchas veces
a lo largo de nuestras vidas… Incluso damos explicaciones a personas
que ni les interesa
conocer estas explicaciones, personas ocasionarles que llegan a
nuestras vidas o personas muy cercanas a nosotros que realmente no
“necesitan” nuestras explicaciones o mejor dicho nuestras
JUSTIFICACIONES por lo cual hemos tomamos una u otra decisión.
Te invito a reflexionar sobre
este tema y si descubres que estás dando explicaciones
(justificándote por tus acciones o elecciones) entonces te invito a
reflexionar de dónde proviene esa “necesidad” o ese “hábito” y
luego, una vez identificado…. te animo a EMPODERARTE de tus
elecciones y acciones, te invito a EMPODERARTE de quién tú eres y
eliges ser en tu experiencia de vida.
No necesitas justificarte
ante nadie. No necesitas dar explicaciones a nadie. Cuando
comprendes esto y lo aplicas a tu vida…. Ingresas a un estado de
Gran Poder Interior donde te permites ser LIBRE de ELEGIR tus
acciones sin necesitar la aprobación “consciente o inconsciente” de
otra persona.